Un día en clases pregunté a una profesora, ¿cómo sé que es la verdad?, y me dijo enérgicamente ¡solo hay una verdad!, pero la respuesta lejos de responder mi inquietud dejó muchas interrogantes.
Creo que debe haber una sola verdad, que es imposible según el Principio de no Contradicción aristotélico que “lo mismo se dé y no se dé en lo mismo a la vez y en el mismo sentido”[2], esto me da luces, siendo un cimiento sólido, más no me aclara definitivamente como llego a la verdad.
El relativismo ético, como el fundacionalismo cientista, en cierta medida tiene un tinte que desvirtúa la búsqueda de la Verdad. No en cuanto a la verdad planteada desde un punto de vista específico, sino a la Verdad como tal.
Pues aunque el relativismo pretende negar la posibilidad de una, única Verdad, más sin embargo ella misma apegada a lo que cree, está formulando un postulado de verdad, que se identifica, en cierta manera con el fundacionalismo cientista. No puede escapar de lo intenta negar; pues si quiere ser coherente con lo que pregona deberá apegarse a los postulados que presenta, que en el fondo se convierten en cierta única verdad para ellos.
“Por el contrario, lo que Peirce sostiene es que lo real es precisamente aquello independiente de lo que nosotros o una mente cualquiera pueda pensar” estas palabras me dan ya una pista importantísima pues hay una independencia de la Verdad con mi mero pensamiento, pues no depende de lo que yo creo que es verdad, ya que la realidad de suyo conlleva ser lo que es. Y mis intentos por entrar en esa realidad son solo intentos míos, cargados de matices característicos a mi existencia, como sujeto individual. Y no pueden llegar a categorías absolutas necesarias.
Peirce, apunta a escapar del relativismo, proponiendo características universales del pensamiento en cuanto a su comprobación, que no puede estar influenciado de puntos de vistas particulares sino que remite a la realidad, a lo que es. Por lo cual la propuesta de la interacción del pensamiento, lenguaje y mundo, intenta mostrar la realidad de las cosas, “la verdad es lo que los seres humanos nos entregamos unos a otros para forjar relaciones significativas entre nosotros.”
“No es la verdad fruto del consenso, sino que más bien es el consenso el fruto de la verdad”creo que estas palabras son importantes a la hora de mirar la verdad no como resultado de la construcción sistemática de todos, como si fuera el fruto del trabajo, como un mero fin; sino más bien que es por la verdad en que se está fundada, la que responde a la coherente construcción de la propuesta de consenso, es decir es ese cimiento que trae como fruto la edificación del perfeccionamiento.
Me parece que esta mirada a la verdad, es esperanzadora pues no pone como mejor o peor ningún discurso, sino que lo deja abierto al análisis, al apoyo exterior en cuanto crítica enriquecedora.
Y este enriquecerse trae como consecuencia el que el sistema del progreso humano apunte con buenas proyecciones a alcanzar esa Verdad, desde la tolerancia de puntos de vista diferentes y que más bien se nutra de ellos, en cuanto pueda servirse de lo que ellos pueden proponer.
Por lo cual si se quiere trazar una ruta seria en el intento por alcanzar esta Verdad, que no sea simplemente mi verdad, se debe emprender la tarea de estar siempre abiertos con la razón puesta en la mano, sin que se dogmatice, sino que al contrario sea capaz de dejarse interrogar por otros métodos o propuestas que pueden enriquecer mi propia propuesta de búsqueda de la Verdad.
[1] Nubiola, Jaime, "Pragmatismos y relativismo: C. S. Peirce y R. Rorty", Publicado en Unica. Revista de Artes y Humanidades de la Universidad Católica Cecilio Acosta, II/3,2001, pp. 9-21
[2] Aristóteles, Metafísica, Libro IV.
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